Unos nos quejamos de que no haya ascensor (¿no debería haberlo en un edificio público? ¡qué raro!), porque salir del océano por la estrecha, oscura y retorcida escalera con la pata de palo y tuerto de un ojo no resulta fácil; la mayoría bajan y no se quejan y otros... Otros descubren pasadizos secretos para desaparecer de clase cuando "la distancia mínima entre dos rectas" acaba rayando mucho...
miércoles, 2 de junio de 2010
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
jjajaja pepo iker muy buena
ResponderEliminar